* El pescado blanco, como el gallo, es una fuente de proteína de alta calidad que, además, es de muy fácil digestión. Otros pescados blancos que se pueden usar en esta receta son: lenguado, pescadilla o merluza.
Este plato tiene dos aspectos muy interesantes. El filete de pescado está libre de espinas … ¡qué gusto! Y, si dedicas un poco de tiempo a presentarlo bonito, es perfecto para quedar como un gran chef en una comida de celebración.
Para la salsa:
1. Comienza por obtener los filetes del gallo para hacer los rollitos. Es más fácil que pidas en la pescadería que te lo hagan, pero, ¡no olvides decirles que te den la cabeza y las espinas!
2. Para preparar el caldo, lava bien la cabeza y las espinas y pela las gambas reservando las cáscaras y añádelas a una cazuela donde has puesto un chorrito de aceite. Enciende el fuego y remueve durante un ratito. A continuación, añade un par de vasos grandes de agua, una rama de perejil y la zanahoria troceada, sazona y deja cocer unos 20 minutos.
3. Mientras cuece el caldo, precalienta el horno a unos 200º y prepara los rollitos. Para ello, extiende los filetes del gallo (con la piel hacia arriba), espolvorea un poco de sal y pon 4 gambas peladas y crudas en cada extremo. Enrosca y pincha con un palillo para sujetar todo.
4. Coloca los rollitos en una bandeja de horno y añade un poco del caldo que has preparado. Hornea durante unos 10 minutos.
5. Mientras se cocinan los rollitos, prepara la salsa. Pon un poco de aceite en una sartén, añade las gambas que has reservado troceadas y saltea. Vierte por encima la nata y añade poco a poco caldo hasta que tenga la consistencia que te guste.
6 . Coloca los rollitos en un plato y cubre con la salsa. ¡Ya está listo!