Come dos a tres porciones de productos lácteos al día. Si eres intolerante a la lactosa, puedes probar yogur de soja, avena o arroz, y queso a base de soja, que también te proporcionará la cantidad necesaria de calcio.
Los productos lácteos son importantes para el crecimiento y mantenimiento de los tejidos óseos y musculares ya que son ricos en proteínas y calcio.